¿Te gustaría aprender a hacer tus propios aceites esenciales? ¿Quieres tener a tu alcance su poder aromático y propiedades beneficiosas para la salud? Entonces, quédate porque en este artículo te doy las claves para fabricar aceites esenciales caseros.

Los aceites esenciales puros se obtienen por diferentes métodos dependiendo de la planta. El más común es la destilación por vapor: se consigue que la planta libere el aceite al vapor y al convertirlo a líquido se pueden separar. Otra opción es el método de infusión o maceración: se extrae el aceite esencial al mezclarlo con alcohol (que luego se evapora) u otro aceite. Vamos a ver cómo puedes hacer estos procesos en tu propia casa.

Antes de Hacer tu Aceite Esencial Casero

Si quieres hacer tu propio aceite esencial, lo primero que tienes que hacer es planificar tu proceso.

Lo más importante es elegir de qué planta quieres hacer la extracción, porque esto condicionará todo lo demás. Aquí te dejo una lista muy completa de los aceites esenciales que existen por si no sabes qué escoger. Pero te adelanto que la elección dependerá de dos factores:

1) Las plantas que tengas a tu alcance. No es lo mismo vivir en el norte que en el sur, o estar en primavera o invierno.

2) La función que quieras que tenga tu aceite. Por ejemplo, el aceite de lavanda se utiliza ampliamente para masajes, el de rosa para perfumes, etc. ¡Pero esto también puedes adaptarlo a tus gustos!

Tienes que saber de qué parte de la planta se obtiene el aceite esencial y en qué momento se debe cosechar. En algunas debe hacerse cuando esté en flor, por ejemplo, mientras que en otras el mejor momento es cuando las flores se estén marchitando.

Te recomiendo que busques información específica sobre cada planta, así te saldrá mucha más cantidad de aceite ¡y de mejor calidad!

Cuando recolectes la planta, hazlo de la forma más cuidadosa posible para no perder aceite.

Si las vas a comprar ya cortadas, intenta que estén lo más enteras posibles y también que sean naturales, así tu aceite no tendrá ni rastro de pesticidas o herbicidas.

Por último, tienes que decidir qué método de extracción del aceite vas a usar. Esto depende tanto de la planta como de los materiales que tengas en casa.

No todos los métodos funcionan igual de bien para todas las plantas, pero siempre podrás sacar algo aunque no sea idóneo.

En este artículo te voy a enseñar cómo hacer aceites esenciales con alambique (por destilación) y por maceración.

Cómo Extraer Aceites Esenciales en Casa

Hacer Aceites Esenciales por Destilación con Alambique

Equipamiento

Para hacer aceites esenciales con este método necesitas un alambique: un utensilio específicamente diseñado para realizar la destilación.

Si no tienes uno lo puedes comprar fácilmente en Internet y de distintos tipos como estos:

Eso sí, no son baratos, así que una alternativa es fabricarte tu propio destilador. No necesitas mucho más que unos tubos y una olla express. En este video puedes ver cómo hacerlo.

1.  Introducir las plantas y el agua en el alambique

El primer paso es asegurarse de que el material esté limpio y desinfectado, sobre todo si luego vamos a usar los aceites esenciales para uso tópico o en la elaboración de cremas, jabones, etc.

Después hay que introducir las plantas en el alambique. Lo ideal es que no estén en contacto directo con el agua, así el aceite se separa solo por evaporación. Para ello puedes poner agua en el fondo (destilada o lo más blanda posible) y las plantas encima de alguna rejilla metálica.

Puedes poner toda la cantidad de planta que quieras, cuanta más ponga, más aceite obtendrás.

2. Comenzar a calentar

El siguiente paso es encender el fuego, más o menos tiene que estar a temperatura media, pero podrás regularlo más adelante.

3.  Refrigerar el tubo

Inmediatamente, tienes que poner a refrigerar el serpentín, es decir, el tubo por el que van a pasar los vapores. Solo así conseguirás que se conviertan de nuevo en líquido.

Para ello tienes que llenar de agua fría la cubeta de refrigeración. Ten en cuenta que se calentará deprisa debido al calor del tubo, así que tienes que estar atenta.

Puedes ir cambiando el agua, o bombeando más agua fría, o incluso añadir hielo para que dure más.

4.  Recolectar el aceite esencial

Poco tiempo después de que se haya calentado el agua verás como del tubo empieza a caer un fluido aceitoso: se trata del hidrolato junto con el aceite esencial. Lo que ocurre es que al subir la temperatura, el agua y el aceite contenidos en la planta se evaporan.

En forma de vapor ascienden y tratan de salir, así que pasan al tubo. Como este está frío, se licuan y vuelven a estado líquido, cayendo así al frasco recolector.

Tienes que ajustar la temperatura del fuego para que el fluido caiga en forma de hilo fino: ni gota a gota ni a borbotones.

Te recomendamos que estés supervisando todo el proceso para que no ocurra ningún accidente. No son probables, ya que el alambique es seguro, pero mejor prevenir que curar.

5.  Separar el aceite esencial del hidrolato

El hidrolato no es más que un agua floral o aromática de la planta, que tiene propiedades parecidas a las del aceite esencial, pero están mucho menos concentradas.

Con el agua floral también se pueden hacer muchas cosas, por ejemplo, velas o jabones, aunque hay que tener en cuenta que se necesita mucha más cantidad para obtener el mismo efecto.

El último paso es separar el hidrolato del aceite esencial. Cuando veas que ya no sale más aceite, que es solo hidrolato, apaga el fuego y deja que se enfríe.

Después tienes que recoger cuidadosamente el aceite (se habrá quedado en la superficie) y guardarlo en un frasco oscuro bien etiquetado. La forma más simple de recoger esto es con un cuentagotas, pero también puedes usar otras herramientas, como un embudo decantador.

6.  Guardar y utilizar

Verás que obtienes solo unos pocos mililitros de aceite, pero ¡no te decepciones por el resultado! Este aceite está extremadamente concentrado, por lo que te cundirá mucho y verás que la calidad merece la pena.

Al tener todos los principios activos en mucha mayor concentración, estos aceites son perfectos para aromaterapia, difusores, perfumes o para productos de cosmética y jabones. Unas pocas gotas serán suficientes para dar aroma y propiedades beneficiosas a tus productos.

Si lo vas a utilizar tópicamente, es decir, lo vas a aplicar en tu piel, recuerda que siempre debes diluir el aceite esencial en un aceite portador.

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Hacer Aceites Esenciales por Maceración

Equipamiento

Si la destilación te parece complicada, quizás quieras saber cómo hacer aceites esenciales sin destilador. El método es por maceración. En este caso, se necesita un equipamiento mucho más sencillo: un bote de cristal hermético y un aceite base o portador.

1.  Preparar la planta

En primer lugar, elige la planta que quieras macerar y escoge la parte que te interesa. Si es fresca, lávala y déjala secar. Eliminando la mayor cantidad de agua posible obtendrás un aceite más puro y evitarás la proliferación de bacterias.

2.  Mezclar la planta y el aceite base

El segundo paso es poner la planta y el aceite dentro del tarro de cristal.

Hay que poner aproximadamente 100 gramos de planta por cada litro de macerado. El aceite base es el aceite de oliva virgen extra u otro, por ejemplo, aceite de almendras. Lo importante es que sea de buena calidad, pero no muy aromático para no enmascarar el olor de nuestra planta.

Opcionalmente, se puede añadir un poco de aceite de jojoba (ya que tiene antioxidantes y ácidos grasos que le hacen un buen conservante).

Cuando llenes el tarro, asegúrate de que el aceite cubre la planta por completo, puesto que si no podría estropearse.

3.  Esperar al proceso de maceración

Después toca armarse de paciencia. Deja tu tarro bien cerrado en un lugar alejado de la luz del sol directa y de las temperaturas extremas durante ¡6 semanas!

El tiempo puede variar un poco, pero solo verás los mejores resultados a partir de mes y medio. También es conveniente agitarlo todos los días para que el aceite impregne bien la planta.

4.  Filtrar, guardar y usar el Aceite Esencial

Cuando haya pasado todo ese tiempo, cuela el aceite o fíltralo con alguna tela fina que no vaya a soltar pelusa.

Después envásalo en un frasco oscuro y etiquetado y ¡voila! Ya tienes tu aceite esencial.

Cuando lo guardes verás que has obtenido mucha más cantidad de aceite que con el método de destilación.

Sin embargo, es importante remarcar que, aunque mantiene las propiedades del aceite esencial de la planta, este no será tan concentrado, sino que ya estará mezclado con el aceite portador. Esto condicionará el aroma y la cantidad que tengas que usar en cada caso.

Pero el hecho de que el aceite no sea tan potente no lo hace peor en absoluto. Por ejemplo, este método es perfecto para obtener aceites esenciales para masajes, ya que obtienes mucho más con menos trabajo.

Si quieres que sean aromáticos te recomendamos que uses el aceite base de almendras, menos aromático que el de oliva.

Conclusión

Ahora que ya tienes toda la información sobre cómo hacer en casa aceites esenciales con todos sus beneficios... ¡No dejes pasar la oportunidad!

Podrás comprobar tú misma como ahorras dinero, ganas en calidad y, sobre todo, tienes la oportunidad de personalizar los aceites a tu gusto.

¡Súmate a lo casero y disfruta tus aceites naturales, ecológicos y 100% puros!

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Hacer aceites esenciales caseros es fácil. Aquí tienes 2 métodos para que puedas hacer en casa tu propio aceite esencial.
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